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Incentivos para
Manejo de Alimentación

Gerald Higginbotham, Ph.D
Universidad de California

Extractado por el Editor de COOPRInforma, Carlos Lizana G., Osorno, Chile.


Cuando los productores lecheros consideran desarrollar un programa de incentivos para sus empleados, usualmente los ordeñadores son los únicos incluidos. Desafortunadamente, aquellos empleados que son responsables del forrajeo de vacas a menudo no son considerados en programas de incentivos. Esto sorprende, especialmente dado que si la cantidad o calidad del alimento es insuficiente, la producción de leche se afecta.

Aspectos de manejo de la alimentación representan en muchos casos la diferencia entre una producción promedio de rebaño de 7.000 o 9.000 litros. No hay secretos o fórmulas mágicas en el manejo de la alimentación para alcanzar una producción lechera eficiente y rentable.

Es esencial que el personal a cargo del forrajeo se de cuenta de la importancia de alimentar y manejar a las vacas conforme a pautas definidas a través del ciclo de la lactancia. Esto implica que el productor lechero necesita comunicar a sus forrajeadores las consecuencias de inadecuadas prácticas de manejo.

Maximizando el consumo de materia seca

El máximo de producción inicial ocurre para la mayoría de las vacas a las 6 a 8 semanas después del parto, mientras que el mayor consumo de alimento se alcanza solamente a las 12 a 15 semanas en lactancia. Esto lleva a un déficit el que es superado mediante la movilización de reservas corporales de la vaca. Si hay escasez de reservas, el máximo inicial de producción se ve afectado. Es importante durante el período inicial de lactancia llevar a las vacas su capacidad máxima de ingesta en el menor tiempo posible. Esto puede ser alcanzado de muchas maneras. Primero, ofreciendo a las vacas secas 2,5 a 3,5 Kg de concentrados por día, dos semanas antes del parto. En segundo lugar, llevando en forma gradual a las vacas al nivel deseado de consumo de concentrado. Estos deberían ser limitados a 2,5 a 3,5 Kg por comida, como máximo. En tercer lugar, aportar un heno de buena calidad (alfalfa, por ejemplo) que minimice eventuales problemas ruminales. En cuarto lugar, evite reunir un exceso de vacas paridas en un área limitada; éstas se muestran usualmente tímidas al ingresar al grupo y como resultado no compiten bien en los comederos, si hay exceso de animales por área de comedero.

Un objetivo del manejo de alimentación, para alcanzar y mantener altas producciones, es conseguir un adecuado balance de nutrientes que minimice las fluctuaciones en el rumen, maximice la digestión y asegure un flujo sostenido de nutrientes a la glándula mamaria. En la medida que las disponibilidades de alojamiento, equipo de alimentación, frecuencia y horas de ordeño, y mano de obra disponible lo permitan, los productores lecheros deberían aportar una dieta balanceada 24 horas al día para dar mayor posibilidades de maximizar el consumo de materia seca y alcanzar la fermentación ruminal que maximice la digestión y la producción ruminal de bacterias.

Estrategias para el manejo de la Alimentación

Revisión del consumo de alimentos: Como ya se mencionó, la maximización del consumo de materia seca es el objetivo en la alimentación de ganado lechero. Los forrajeadores de vacas lecheras deben comprender el importante rol que juegan en dar a las vacas paridas un buen punto de partida.

Parte del manejo de la alimentación comienza por alimentar vacas acorde a su nivel de consumo de alimento estimado. Debido a que las vacas requieren Kilos de alimentos y no porcentajes, predecir el consumo de alimentos llega a tener mucha importancia en el balance de raciones para un nivel de producción deseado.

Basándose en los requerimientos del National Research Council (NRC, 1989) una vaca promedio de 580 Kg produciendo 32 Kg de leche (corregida a 4% de materia grasa) comería 21 Kg de materia seca por día. Si las vacas comen más de 0,5 Kg por debajo del valor estimado, algo estaría deprimiendo su consumo de alimento. Es importante que los forrajeadores estén altamente pendientes de ello, para realizar las adecuaciones que correspondan. Posibles explicaciones para una disminución del consumo de materia seca incluyen: stress calórico, alimentación infrecuente, alimentación no disponible durante suficiente tiempo al día o alimento enmohecido. Las vacas cuyo consumo de materia seca es calculado más de 1 Kg por sobre el valor estimado por NRC, están generalmente desperdiciando alimentos. Las vacas prefieren alimentos húmedos y el alimento que es aportado en exceso, usualmente se seca y pierde palatabilidad. El exceso de alimento también permite el desarrollo de moho, el que puede resultar en abortos o baja producción de leche. Sub o sobrealimentación de vacas es usualmente el resultado de no realizar ajustes cuando se cambia el tamaño de los piños. Aunque no es práctico llevar un registro diario del tamaño de los piños, un registro semanal es recomendado para asegurar la apropiada utilización del alimento y equipos.

Revisión del manejo de alimentación. Varias áreas del manejo de alimentación pueden ser revisadas con el objetivo de otorgar bonos de rendimiento a los forrajeadores. Areas en las que conviene concentrarse incluyen las siguientes:

Los incentivos a los forrajeadores por mantener la limpieza en comederos es una inversión rentable. Una advertencia debe ser hecha: es fácil sub alimentar y en esa forma mantener los comederos limpios.

Alimentos húmedos, tales como orujo y sub productos vegetales, pueden enmohecerse rápidamente, por lo que los forrajeadores deben estar observantes del deterioro de la calidad de ellos. Incentivos para minimizar las pérdidas de alimentos y el desarrollo de moho serían ventajosos en muchas operaciones lecheras.

Otra medida del rendimiento de un forrajeador consiste en calcular el uso esperado de alimentos contra los inventarios. Si los inventarios se encuentran por debajo del uso esperado, entonces puede haber ocurrido alguna pérdida o el uso esperado de alimentos requiere ser reevaluado.

Para revisar el apropiado mezclado de una ración total mezclada (TMR), pueden tomarse muestras para realizar análisis de laboratorio del producto terminado. En todo caso, debe tenerse cuidado en asociar el resultado de estos análisis a un inadecuado mezclado como consecuencia de un incorrecto accionar del empleado a cargo, ya que otras razones pueden estar influyendo en ello (inexactitud del laboratorio, muestras mal tomadas, separación de los alimentos de la mezcla por causas ajenas al empleado –textura o humedad de los alimentos, mala calibración o sub dimensionamiento de la maquinaria, etc).

Programa de incentivos para forrajeadores

Un programa de incentivos debe ser como una calle de doble sentido. A través de la obtención de mayores ingresos debe estimular el rendimiento y producir satisfacción a los forrajeadores como a los productores lecheros. Un programa de incentivos será exitoso si promueve en el forrajeador el deseo de hacer de mejor forma su trabajo, para recibir un pago extra, satisfacción y realización. El entrenamiento durante la marcha del programa es esencial. Primero, el forrajeador debe comprender los objetivos. No basta que el forrajeador sepa que debe haber adecuada disponibilidad de alimento 23 o más horas al día. También debe conocer las consecuencias de no aportar suficiente alimento a un grupo de vacas.

Segundo, el forrajeador necesita conocer qué puede hacer para mantener o mejorar el consumo de alimentos. Un número creciente de forrajeadores están llegando a los predios sin experiencia previa. Incluso aquellos con experiencia previa a menudo necesitan entrenamiento para aclimatarse a las prácticas y equipos del predio.

Algunas sugerencias para un posible programa de incentivos para forrajeadores (más allá del salario regular) son las siguientes:

En muchas lecherías, la detección de calores puede ser un problema. Los forrajeadores pueden ayudar en ésto dado que ellos están en contacto con los piños de ordeña varias veces al día. Ofrecer bonos a los forrajeadores por detectar vacas en calor ayuda a mejorar la eficiencia reproductiva. Es importante sin embargo no delegar demasiado trabajo agregado a los forrajeadores, ya que ello puede provocar que dediquen menos tiempo a su área de manejo de alimentación.

En resumen, la apreciación visual del rendimiento de los forrajeadores es generalmente la unica forma a través de las cuales los administradores de lecherías pueden medir la competencia de éstos. Mediciones cuantitativas tales como producción de leche pueden ser usadas, pero muchos otros factores afectan la producción de leche. El manejo de los comederos en conjunto con la supervisión del almacenamiento de alimentos son áreas importantes para las cuales considerar el uso de incentivos. Los productores lecheros necesitan reconocer que los forrajeadores son una parte integral de la fuerza de trabajo de las lecherías y necesitan ser tratados como tales.

© Universidad de California, 2000.


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Pago de Incentivos en Lecherías
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16-XI-2004