¿Diferencias Culturales?Gregorio Billikopf EncinaUniversidad de California Gracias por participar en la encuesta sobre proxémica que se llevó a cabo desde diciembre de 2007 a mayo de 2009. Estamos en el proceso de analizar los resultados. --Gregorio En 1993, tuve mi primera oportunidad de visitar a Rusia como representante de la Universidad de California. Mi tarea era la de proporcionar ayuda técnica en el área de administración laboral en la agricultura. "Los rusos son muy corteses", me habían explicado antes de mi arribo. Uno de mis intérpretes, una vez que había llegado, me explicó que un caballero le vertería la limonad (cualquier tipo de jugo) a las damas y les mostraría otros tipos de cortesía. Hacia el fin de mi viaje de tres semanas, fui invitado a salir a cenar por mi joven huésped y amigo Dmitri Ivanovich y su encantadora mujer, Yielena. Al final de una comida maravillosa Yielena me preguntó si me gustaría un plátano. Yo le agradecí pero se lo rechacé lo más educadamente posible, explicándole que estaba muy satisfecho. Pero mientras respondía, mi mente trataba de buscar una salida cortés: "¿Qué hago? ¿Le ofrezco un plátano aunque estos están igualmente cerca de ella que de mí? ¿Qué sería lo cortés?" "¿Le gustaría un plátano a usted?" le pregunté a Yielena. "Sí", ella sonrió, pero no hizo ningún esfuerzo por tomar cualquiera de los tres plátanos en la cesta de fruta. "¿Qué hago ahora?" pensé. "¿Cuál le gustaría?" le pregunté torpemente. "Ese", me dijo, al apuntar a uno de los plátanos. Así es que, pensando en la cortesía rusa, tomé el plátano que Yielena había escogido, lo pelé a medias y se lo pasé. Las sonrisas en los rostros de Yielena y de Dmitri me hicieron sentir que había obrado correctamente. Después de esta experiencia yo pasé mucho tiempo contándole a todo mundo que la acción caballeresca era pelarle los plátanos a las damas rusas. Un día, durante mi tercer viaje, fui cortésmente desengañado sobre tal noción. "¡Oh no!, Grigorii Davidovich", un ruso me corrigió amablemente. "En Rusia, cuando un hombre le pela un plátano a una dama esto significa que él tiene un interés romántico por ella". Cómo me sentí avergonzado. Y yo le había estado orgullosamente contando a medio mundo sobre esta perla de comprensión cultural. Ciertas lecciones tienen que ser aprendidas en forma difícil. Algunos bien intencionados artículos en la prensa popular y presentaciones sobre diferencias culturales tienen el potencial para hacer más daño que bien y tal vez no sean tan divertidos. Tal como mis plátanos, estos presentan demasiadas generalizaciones o distorsiones. Algunas generalizaciones que se oyen a menudo sobre la cultura latina incluyen: Los hispanos necesitan menos espacio personal, no sostienen la mirada al hablar, hacen más contacto físico y generalmente participan menos en reuniones. A menudo las generalizaciones son peligrosas, sobre todo cuando están acompañadas por recomendaciones tales como: acérquese más al hablar con los hispanos, haga más contacto físico, no espere tanta participación de los latinos, y así sucesivamente. Quisiera tratar de compartir un par de pensamientos sobre diferencias culturales. Mi perspectiva es la de un chileno que ha vivido más de dos décadas en los Estados Unidos y ha tenido la oportunidad de viajar y participar en intercambios internacionales. Humanidad comúnMe parece que hay más diferencias dentro de los mismos individuos de cualquiera nación que de una nación a otra. La educación, posición social, religión, personalidad, afiliación política, las experiencias pasadas, el afecto mostrado en el hogar y un sinnúmero de otros factores afectan la conducta humana y la cultura. Por supuesto que hay diferencias en lo que se considera conducta cortés y apropiada dentro y fuera del trabajo. En algunas culturas "sí" significa, "yo le he escuchado" más que "yo estoy de acuerdo". El tiempo que se toma en saludos preliminares antes de empezar a hablar de negocios; el nivel de tolerancia que se siente por personas que estén hablando un idioma extranjero (sin entenderlo); la cortesíamedida en términos de etiqueta (ej., el pararse cuando se acerca una dama a la mesa, o el cederle el asiento en el autobús a una persona de más edad, etc.); y la manera de vestir son todos ejemplos de posibles diferencias culturales y tradiciones que varían según la nación o cultura. En México, se acostumbra que la persona que viene llegando salude a los otros. Por ejemplo, alguien que se acerca a un grupo de personas que están cenando sería la que diría "provecho". En Chile, en una gran parte de la población, las mujeres a menudo saludan a otras mujeres y hombres con un beso en la mejilla. Las rusas a menudo pasean tomadas del brazo con sus amigas. El prestar atención a las costumbres y a las diferencias culturales pueden darle a alguien fuera de esa cultura una mejor oportunidad de asimilación o aceptación. El ignorar éstas puede causarle problemas o disgustos a una persona desprevenida. Es ventajoso comprender las costumbres de una cultura ajena. El peligro viene cuando nosotros actuamos sobre generalizaciones basadas en asuntos más serios tal como el contacto ocular, espacio personal, contacto físico y el interés en la participación. Barreras por motivo de cultura
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29-V-2009